Intentamos ganar grandes recompensas de nuestras tarjetas de crédito, evitar pagar intereses y mantener nuestros gastos bajo control, pero sin embargo sentimos que nada ha cambiado, cada mes es lo mismo… ¿Qué está ocurriendo?
De acuerdo con el best-seller de Stephen R. Covey, The 7 Habits of Highly Effective People (Los 7 hábitos de personas altamente efectivas), la principal razón del estancamiento reside en nuestros hábitos y en las acciones que emprendemos de manera automática, muchas veces sin pensarlo lo suficiente.
De ahí que, para encaminarnos de manera correcta con nuestras tarjetas de crédito, sea tan importante adoptar estos siete hábitos:
1. Pagarlo todo y a tiempo
Para David Rae, quien trabaja como planificador financiero certificado en DRM Wealth Management, en Los Ángeles, el pago de las facturas de tarjetas de crédito en su totalidad y de manera puntual resulta apenas una parte de este ejercicio.
¨Probablemente yo sea el peor cliente de las compañías de tarjetas de crédito porque maximizo el valor de mis recompensas y mis puntos, y minimizo lo que pago por ellos¨, asegura.
Gracias a los puntos y las millas logradas, David y su pareja siguen volando en primera clase a Europa.
Al pagar a tiempo y en su totalidad cada mes se evitan los intereses y las multas por pago tardío. Otra opción es efectuar múltiples pagos durante todo el mes. Y si te inquieta tener en mente tantas fechas de vencimiento, pues basta con configurar autopay, siempre y cuando te cerciores de que no sobregirarás su cuenta bancaria.
2. Optimización de recompensas con sólo unas pocas tarjetas
El uso de dos o tres tarjetas de crédito sin duda puede ofrecer más valor que el uso de una sola. Por el contrario, dividir las compras entre una docena de tarjetas trae rendimientos decrecientes y crea una pesadilla organizacional.
Si tu cartera está sobrepoblada, identifica las pocas tarjetas que te aportan un mayor valor y concentra tus gastos en ellas.
3. Fijarse un presupuesto
No le debemos tener miedo a la palabra ¨presupuesto¨ ni debemos identificarla con un esfuerzo financiero sobrehumano. La idea es que ello se convierta en una rutina.
Desde que empezamos la universidad le damos seguimiento a nuestro presupuesto -relata Kelan Kline, quien con su esposa Brittany Kline lleva el blog de finanzas personales The Savvy Couple. Esta pareja de Rochester, en Nueva York, siempre paga sus tarjetas en su totalidad. ¨Por lo general, una vez a la semana, nos apretamos un poco y así nos aseguramos de que estamos ajustando nuestro presupuesto para el mes
4. Mantenerse muy por debajo de los límites de crédito
Para mantener tus calificaciones de crédito en forma, utiliza menos del 30% del límite de cada tarjeta. Cuanto más bajos sean tus saldos, más te beneficiarás.
Una buena idea es descargar la aplicación para celular de su emisor de tarjetas, para así poder darle un mejor seguimiento a los gastos. Revisa tu saldo cuando tengas tiempo libre y haz un pago extra si sube demasiado.
5. Buscar mejores ofertas
Si no prestamos atención a las nuevas ofertas de tarjetas de crédito, podemos terminar usando una tarjeta mediocre durante demasiado tiempo.
Se trata de pensar comparativamente. Cuando a través de la televisión, el internet o el correo electrónico te enteres de una oferta de tarjeta de crédito, compárala con tu tarjeta actual.
Si la oferta es lo suficientemente interesante, tómala. Si quieres contribuir a tu puntaje de crédito, mantén abierta tus viejas tarjetas y úsalas de vez en cuando, siempre que no te cobre una cuota anual.
6. Monitorea tus cuentas
No pagues de manera mecánica tus cuentas cada mes; revisa sus estados, analízalos. De lo contrario, podrás dejar pasar errores de facturación, cargos fraudulentos u otros problemas.
«Dos o tres veces al año encuentro algo raro en mis estados de tarjetas de crédito -reconoce Clint Haynes, un planificador financiero certificado en NexGen Wealth en Lee´s Summit, Massachussetts- Si no hubiera revisado mis cuentas… nunca me hubiera enterado».
7. Aprende de los errores
Si nos «volvemos locos» con la tarjeta de crédito, si nos pasamos de un pago o gastamos demasiado, nunca deberíamos pensar que es el fin del mundo. Lo importante es que esa sea una oportunidad para tomar medidas, para aprender, para mejorar.
Dirige tus energías hacia la solución de los problemas, en lugar de regodearte con ellos. Hazte esta pregunta: «¿Qué puedo hacer para arreglar esto?» Y luego empieza a trabajar para lograrlo.